Por estos días empiezan las
noticias de farándula, a falta de temas importantes, a plantear pendejadas de
toda índole; y no me refiero solo a la prensa de Colombia, es un fenómeno
mundial que despierta mentes aletargadas para que voten u opinen sobre unas
cosas tan, pero tan imbéciles, que dan ganas de llorar.
Se habla, por ejemplo, de
los mejor y peor vestidos, y cuando se habla de este tópico, por supuesto que
se refieren a personajes del espectáculo y de inmediato algunos jerarcas de l
mundo de la moda escogen una lista de personajes que, según ellos se visten
bien o lo hacen de manera ridícula. Yo observo las fotos y me pregunto qué
demonios ven es esos trajes, vestidos o atuendos para definir que están mejor
presentados que el resto del mundo. Las damas por ejemplo a veces parecen
guacamayas pero el modisto de turno decide que se viste bien y listo, está en
el primer lugar.
Olvidaba decir que se
clasifican diez mejores y diez peores. Eso pasó a Colombia donde se hace una
selección según los modistos nuestros y sigo sin comprender que tiene de raro n traje de paño
que distingue a un caballero de otro traje del mismo paño que viste a otro. Yo
los veo iguales pero por lo general descalifican al más feo. Claro que para
esas clasificaciones se tiene en cuenta que la vestimenta sea exclusiva, o
dicho en otra forma, que sea diseñada por los mandamases de la moda. Uno como
humilde persona jamás entrará en la jerarquía de los mejor vestidos pero, como
compensación, tampoco aparecerá entre los peores.
Lo risible del asunto está
por el lado de las damas que se enfurecen cuando ven sus nombres en la lista de
las malas, maldicen a los diseñadores, a sus modistas y sueltan palabrotas que
no se pueden publicar diciendo a quien quiera oírlas que les importa un
soberano culo que las crean mal vestidas y que si paratin y patatán pero al siguiente
año están tratando de vestirse mejor. (según los dictadores de la moda). No se
que pueden aportar estas pendejadas a la cultura, pero las revistas de
farándula se venden entre un público que no tiene la mínima idea de quién es García Marques y, a duras
penas, saben que la capital de Colombia es Bogotá DC.
Da tristeza comprobar que
las revistas rosadas proliferan cada año con mayor cantidad de chismes mientras
que las revistas de ciencia y cultura desaparecen por falta de lectores.